Saben que las fotos curiosas y distintas son las que se recuerdan con más cariño y las que no pasan desapercibidas, las de siempre están bien y las guardas también con cariño, pero no las ves ni las recuerdas con la misma intensidad.
Estos últimos meses he podido hacer fotos en varias fiestas con carácter benéfico, son un grupo de gente que se reúnen en un local para verse las caras, beber, comer, bailar y de paso la recaudación va a parar a una asociación benéfica. Cuando me propusieron hacer fotos del evento me dijeron que querían fotos espontáneas, que reflejarán un ambiente distendido, donde la gente se lo pasará bien. El motivo era transmitir alegría y animar a la gente a unirse por una buena causa, y al principio las fotos eran grupitos o parejas posando ante la cámara con su mejor sonrisa y su pose más estudiada para no salir mal en la foto, por lo que las fotos no acababan de transmitir lo que en realidad veía. Les comentaba a la gente que fueran más reales, que no posaran, que si se lo estaban pasando bien me lo demostraran, a lo que me respondían que como iban a salir mal para que luego todos se rieran de ellos. Lo que me ha costado hacerles ver a la gente es que no nos reímos de ellos, nos reímos con ellos, y que una buena foto espontánea y original se recordara entre todas las correctas y de pose perfecta, y si no haced la prueba y enseñad a alguien 30 fotos de gente donde varias se salen de lo común y preguntadles días después por las fotos que vieron y cuales recuerdan mejor, te describirán las más curiosas y de las demás no se acordarán.
Yo era reacio a salir en las fotos, no me sentía a gusto (y creo que sigo sin estarlo), pero me parece importante formar parte de las fotos que luego vemos con cariño y recordamos en esos momentos especiales, y si de paso con nuestra pose hacemos que la foto sea más interesante o atractiva, mejor que mejor, sin pensar que hacemos el ridículo.
Os dejo varias fotos de las fiestas benéficas donde reflejo la sensación de naturalidad y autenticidad.
Un abrazo
